
Ante el dolor que provoca la perdida, fueron muchos quienes denunciaron estos actos en plena dictadura como la Iglesia Católica, Federaciones de Estudiantes, Organizaciones generadas al interior de las poblaciones, Familiares de detenidos desaparecidos y familiares de ejecutados políticos principalmente.
Los testimonios musicales hechos canción son el fiel reflejo de esta época oscura de Chile. Canciones como “Santiago de Chile” de Silvio Rodríguez, y “Yo pisaré las Calles Nuevamente” de Pablo Milanes, junto con otras tantas de distintos artistas que se sensibilizaron ante estos hechos como “Ellas bailan Solas” de Sting son el fiel reflejo de cómo el mundo miraba estos actos de injusticia y cobardía.
Los representantes de la Nueva Canción Chilena que se encontraban en el exilio y los gestores del Canto Nuevo que se encontraban en chile, fueron los principales encargados de promover esta cruda realidad que vivía el territorio chileno. Así es como nacen canciones testimoniales de quienes vivieron desterrados donde destacan: “Mi Patria” de Eduardo Carrasco y Fernando Alegría en la interpretación de Quilapayún, “Cuando me acuerdo de mi país” de Patricio Manns y “Reflexiones sobre el exilio” de Ángel Parra entre muchas otras tantas, al igual que en los testimonios de primera fuente se encuentran: “Nos Fuimos quedando en silencio” de Schwenke y Nilo, “Simplemente” de Santiago del Nuevo Extremo, “Yo te nombro Libertad” de Isabel Aldunate y “El hombre es una flecha” de Eduardo Peralta.
El grupo Illapu con “Tres Versos para una Historia”, consistente en tres textos unidos en una sola canción, es quizá el más crudo de todos los testimonios musicales de esa época oscura, ya que refleja el vivo dolor de aquellos que tuvieron que crecer con un padre, una madre, un hermano un esposo o esposa ausentes y que en mucho tiempo no supieron qué pasó con ellos. Es increíble que a estas alturas haya quienes todavía no encuentran los cuerpos de sus seres queridos.
Tres Versos Para una Historia
I. La Historia de Manuel.
Andrés Márquez.
Aquí vivía un hombre ayer
Hoy vive sólo su hijo Manuel
Busca a su padre quiere saber
Adónde puede su llanto arder.
Tenía cinco años el día aquel
Su madre dijo de viaje fue
Nada ha cambiado del cuarto aquél
Sobre la cama yace un clavel.
A cada noche y amanecer
Corre hasta su cuarto buscándole
Su madre dice hijo Manuel
Tal vez mañana, tengamos fe.
Creció soñando el día ver
El de su cuento de anochecer
Su madre entonces dijo Manuel
Sólo lo cierto lo ha de traer.
II. Hasta Siempre Amor.
Osvaldo Torres.
Desde esta celda donde el odio ha confinado
la sonrisa, amada mía
yo me desangro en la ausencia de tus manos
y me duermo, con tu Universo
que es fuerza y vida en la esperanza de los hijos
que quedaron
Pero si muero en la desdicha de no verte más
Levántate, recógeme
No ha sido en vano el sacrificio de la carne
Levántate, recógeme
No ha sido en vano el sacrificio de la carne
Hasta siempre amor
Hasta siempre.
III. Soy Parte de Esta Historia.
Roberto Márquez y Patricio Valdivia.
Usted me busca
Y no me encuentra
Pero yo estoy aquí
Soy como usted
No he desaparecido
Yo soy reflejo vivo
Escucho trenes de prisa
Y gritos de vendedores
Usted me busca
Y no me encuentra
Pero yo estoy aquí
Jamás me fui
Juan terminó la escuela
Y aunque muy tarde sea
Irá buscando la verdad
Usted y él, me encontrarán
Ves yo estoy aquí
Donde jamás me fui
Estoy aquí
Y a veces canto
Te puedo ver sola bailando.
Para que nadie pierda la memoria
Porque soy parte de esta historia
Están mis hijos, mi mañana Mi mañana, mi mañana.
Aquí una versión en vivo